en amsterdam

Parece que voy por buen camino, siempre he desado un modo de vida como la del escritor.. viajando de aquí para allá sin necesidad de enraizarse para poder desempeñar su trabajo. Recibiendo encargos con fecha de cumplimiento pero sin horarios ni necesidad de presentarse en la oficina todos los días. Ahora viajo a Holanda, la misión es seguir desarrollando mi trabajo sin que mi no-presencia se note en mi productividad.

domingo, agosto 21, 2005

Un Domingo Cualquiera.

Me levanto a las 13horas con una pereza del copón, el sol entra en mi habitación y no me molesta.

Me preparo el típico desayuno de todos los días: tortilla de 2 huevos con jamón y queso.

Salgo al seudo-porche, hoy tengo música en vivo pues Haron y su chica, Marsha están ensayando. Disfruto de su compañía y de sus alocados comentarios.

Al rato viene el gato a saludarnos y nos convence para que le saquemos un poco de jamón de york pues las sobras del filete de ayer no le gustan.

La guitarra de Haron está rota, un problema eléctrico. Nos ponemos manos a la obra para repararla a base de soldador y cables viejos, nos tiramos bastante tiempo pero nos divertimos.


Hoy hace sol y se está estupendamente en el jardín pero recuerdo que no tengo nada para comer y salgo de aventura con la bicicleta a buscar alguna tienda abierta, Marsha me grita desde la ventana que le traiga una botella de vino "no muy cara". Me pierdo por otros barrios y acabo en Gaasperplas: un inmenso parque a las orillas de un pequeño lago, no sé cuantos kilómetros he recorrido pero sí sé que tardo 2 horas en volver a casa.

Es hora del almuerzo y todo el mundo saca biandas, en familia todo sabe mejor.

A la tarde noche me dirijo a la ciudad a ver a Dion que está pinchando en Voldenpark.. no me puede hacer ni puto caso pero me tomo un té super tranquilo disfrutando de las vistas al parque.

Vuelta a casa relajado.. como entre algodones.