en amsterdam

Parece que voy por buen camino, siempre he desado un modo de vida como la del escritor.. viajando de aquí para allá sin necesidad de enraizarse para poder desempeñar su trabajo. Recibiendo encargos con fecha de cumplimiento pero sin horarios ni necesidad de presentarse en la oficina todos los días. Ahora viajo a Holanda, la misión es seguir desarrollando mi trabajo sin que mi no-presencia se note en mi productividad.

martes, julio 12, 2005

El despegue

Un día caluroso en madrid, un email impreso remitido por transavia.com arrugado en el bolsillo con un código de billete, 95euros sólo ída, ya veremos cuando volvemos.

Más de una hora esperándo en la cola de facturación, para los que piensan que con llegar media hora antes del vuelo basta. Aunque me alegro de la espera en la cola, ahí conozco a Dolores una chica gallega que vive dando botes entre Amsterdam, Bélgica y España siguiendo las necesidades de su trabajo como abogada.

Por fín es nuestro turno de facturar nuestra maleta, la mía parecía un revoltijo de plástico que sobra del bocadillo, pesaba como 3 kilos, Dolores se cabrea con la chica de la ventanilla por que le obligan a facturar su segunda bolsa de mano, sólo se puede llevar una bolsa de mano en el avión pero al parecer la bolsa de portatil no cuenta. Como buena abogada cursó una reclamación al respecto y le dieron la razón.

El avión es siempre divertido, si el vuelo no dura más de 2 horas. Tengo que obligar a un pequeñajo holandés de 8 años a quitarse de mi asiento de ventanilla, tod+s somos niñ+s cuando se trata de un asiento de ventanilla en un avión. La dulce criatura, futura gran promesa del futbol holandés, se pasó todo el viajo comiéndose mocos y tirándose unos deciliciosos pedos de niño. Su padre y él me preguntaron un montón de cosas, ¿si estaba de vacaciones?, ¿dónde trabajaba?, ¿cuánto tiempo iba a estar en Holanda?... lo que más me sorprendió es que estaban empeñados en que yo venía de Africa..

Increible día en Amsterdam, sol, 23grados, un poco de humedad, sobrevolamos una piscina pública llena de gente, parece que aquí también les gusta el verano.

A la salida del avión Dolores me coge por vanda, me lleva al tren, me consigue un billete 40% más barato con nosequé tarjeta que ella tiene. 2 euros el tren hasta el centro de Amsterdam, sino es por el descuento habría costado 3.80euros + ó -.. Ya me estoy dando cuenta de que aquí el transporte es super caro.

Tony 'is calling me', Tony es mi casero, me dice que me espera a la salida del metro para enseñarme el camino a casa, pero yo no tengo prisa, quiero dar una pequeña vuelta por Amsterdam y comer un bocadillo 'or something else' antes de ir casa, también tengo que comprar alguna cosilla para cenar esta noche.

Dolores y yo nos separamos, nos cambiamos teléfonos y email (ella tiene novio, por si alguien ya se empieza a calentar la cabeza).